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JUAN MANUEL BLANES… “EL PINTOR DE LA PATRIA”

JUAN MANUEL BLANES… “EL PINTOR DE LA PATRIA”

“El artista debe sacar a la superficie las verdades históricas confundidas en el ruido del desasosiego político y social, para hacer con ellas ese arte que no solamente da fe en la historia de las naciones, sino que ha de servir a la moral".
Juan Manuel Blanes.

Forjadora de una memoria social en imágenes, la pintura de Blanes, con sus retratos de familias patricias, con sus testimonios de costumbres y de episodios históricos, constituye hoy una fuente iconográfica de inagotable interés para la revisión crítica de nuestra historia cultural.

Hablar de Juan Manuel Blanes es recrear a Artigas en la Ciudadela, el Juramento de los Treinta y Tres, la Jura de la Constitución y tantos otros hechos históricos que se fijaron en nuestra memoria gracias a las pinceladas de este gran artista, que no en vano se ha ganado el título de “El pintor de la Patria”. Generaciones y generaciones de uruguayos y uruguayas  hemos crecido con las imágenes que Juan Manuel Blanes plasmó en sus lienzos.


EL HOMBRE Y EL ARTISTA

Es imposible hablar de un artista plástico como Blanes sin hacer referencia a aquellos hechos relevantes de vida que incidieron en su obra. 
Juan Manuel Blanes nació en Montevideo el 8 de junio de 1830.
Sus primeros dibujos conocidos datan de los catorce años. A esa edad se traslada con su familia al sitiado campo de Oribe, donde trabaja de tipógrafo en la imprenta del periódico “El Defensor de la Independencia Americana”. 
Entre 1851 y 1853 regresa a Montevideo y trabaja en la imprenta del diario “La Constitución”, alistándose luego en la Guardia Nacional. Durante su estadía en el Cerrito, y a su regreso a la ciudad, continúa dedicándose a la pintura, realizando pequeñas alegorías y decoraciones de motivos populares y retratos de familiares y amigos.
En 1854 abre su propio taller en la calle Reconquista donde se dedica especialmente al retrato.
Un año después viaja con su mujer, María Linari, y su primer hijo, Juan Luis, a la ciudad de Salto.
En Concepción del Uruguay realiza pinturas por encargo, de este período son las Victorias de Urquiza que pinta a solicitud del General. 
En 1859 regresa a trabajar a su taller en Montevideo y al año siguiente obtiene una pensión del Estado para realizar estudios en Europa. Este hecho marca un punto de inflexión en su vida y en la historia de su pintura.
A fines de 1861 llega con su familia a Florencia, instalándose como discípulo del pintor Antonio Ciseri. La producción de este período, que envía a Montevideo en barco, se pierde en un naufragio.
En 1864 regresa a Montevideo con un prestigio conquistado y es requerido por personalidades del medio por su pintura. Son de esta época los primeros cuadros de políticos y militares relevantes: Francisco Solano López, Venancio Flores y Justo José de Urquiza.
Ente 1865 y 1879, produce lo más relevante de su obra: los retratos de su madre, de Besnes e Irigoyen, el suyo propio, el asesinato de Flores, la Fiebre Amarilla en Buenos Aires, los “últimos momentos de José Miguel Carrera”, la “Revista de Rancagua”, el “Juramento de los Treinta y Tres” y su serie de pinturas gauchescas. 
En 1879 emprende, con su familia, el segundo viaje a Europa, ahora con la idea de formar a sus hijos, Juan Luis y Nicanor, en el estudio de la pintura y la escultura.
Mientras su obra florece, su vida personal es sacudida por inseguridades económicas, por la educación incierta de sus hijos, por la salud de su señora.
No comparte el movimiento pictórico emergente en Paris y se siente alejado de su patria. 
En 1883 vuelve a Montevideo, pinta la rotonda del Cementerio Central, lleva a la tela los bocetos de “Sarandi” y pinta el retrato de Doña Carlota Ferreira, mujer vinculada sentimentalmente a su conflictivo hijo Nicanor. 
En 1889 fallece su mujer, al año siguiente viaja a Italia con Nicanor para reencontrarse con su hijo Juan Luis, pero de ese viaje regresa solo. Continúa pintado su retrato de Artigas en la Ciudadela.
Juan Luis muere en un accidente de tránsito y Nicanor desaparece misteriosamente en Italia.
El 2 de mayo de 1898, con sesenta y ocho años de edad, parte nuevamente a Europa con esperanza de encontrar algún rastro de su hijo desaparecido, pero sin resultados positivos. 
Fallece en Pisa el 15 de abril de 1901. Sus restos son traídos a Montevideo, donde reciben sepultura el 29 de junio de ese año.
  
¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE SU OBRA?

La experiencia de aprendizaje de Juan Maunel Blanes en Florencia, junto al maestro Antonio Ciseri, incidió fundamentalmente en su obra. Allí aprendió a ejecutar una pintura basada en:
1. el rigor dibujístico, donde se respetaba estrictamente la perspectiva y el cuidado de los elementos de la composición,
2. el manejo del tono local, de los colores “propios” de los objetos, 
3. la transición de las luces y las sombras, por ejemplo, las luces crepusculares de la serie de los “gauchitos”,
4. la representación fiel de la apariencia visual de la realidad.

Su formación académica generó una obra que se veía amenazada día a día por la preocupación de la temática social y la divulgación de la técnica fotográfica.

En su obra predominan tres temas: el retrato, la temática histórica y la pintura gauchesca.

1. SUS RETRATOS:
La retratística de Blanes constituye una línea específica de su trabajo como pintor. 
Se pueden reconocer dos períodos claramente delimitados en sus retratos, antes y después de su trabajo con el maestro Ciseri en Florencia. 
En el primer período predominan criterios plásticos que son los habitualmente admitidos dentro del retrato de época: el rostro iluminado sobre fondo apagado, la figura frontal con el cuerpo generalmente sentado, rodeado a veces de objetos cercanos. Lo que diferencia a cada retrato de los demás son solamente los detalles del rostro y la vestimenta.
En su segundo período, al regreso de Europa, Blanes incluye otros recursos expresivos, las posibilidades de la luz, el color de la piel, la tersura del claroscuro y la exaltación del dibujo obsesivo de detalles. Rompe con el esquema de frontalidad del modelo, reestructurando la composición y distribuyendo las distintas zonas del cuerpo al servicio de una clara intencionalidad expresiva.
Fundamentalmente interesa rescatar dos de sus retratos que marcan diferencias importantes de tratamiento: el retrato de la madre del artista y el de Doña Carlota Ferreira.

2. LA TEMÁTICA HISTÓRICA:
En la época histórica que le tocó vivir a Juan Manuel Blanes los sentimientos de nacionalidad aparecían confusos, es por ello que el artista procura la veracidad de sus reconstrucciones pictóricas imbuidas de finalidad moral e impulso idealista destinado a sublimar éticamente los personajes de su representación artística. 
Es conocido como el Pintor de la Patria ya que ha sido el artífice de una iconografía nacional como el retrato del prócer José Artigas, imagen que el artista recreó luego de un riguroso estudio en base al único dibujo al natural que existe del héroe nacional.
Juan Manuel Blanes cuida en sus pinturas hasta los mínimos detalles de vestimenta de la época y el entorno.
La idea de fidelidad a lo real, en torno a la cual gira su disposición a la pintura histórica, es naturalmente fruto de su formación académica. Reconstrucción obsesiva de detalles y situaciones, interés que él mismo identificó con una actitud “científica”.
El pintor lleva a cabo esta empresa mediante un obsesivo apego al "dato fiel" de los hechos, aunque luego modifique en parte esa "descripción veraz", de acuerdo a los contenidos idealistas (en el sentido moral) que pretende imprimir a las imágenes.
Estos fundamentos le valieron la credibilidad y el aplauso de los positivistas y estudiosos naturalistas de la época.

3. SUS FAMOSOS “GAUCHITOS”:
Es a través de la conocida serie denominada "gauchitos", por sus reducidas dimensiones, que en términos pictóricos, se descubre a un Blanes más flexible, sensible, con una visión lírica del campo y su paisaje, y con un tratamiento dibujístico más sintético y abocetado. Gran parte de esta pintura fue realizada en la ciudad de Florencia utilizando modelos italianos.
En ella el artista no representa el tipo humano heroico, gestor de la independencia; pero tampoco representa al desplazado social de ese momento: el personaje ha sido detalladamente descrito, idealizado en términos costumbristas, pero extraído de su drama social real. Blanes nos muestra a un gaucho solitario haciendo de él una criatura exótica y pintoresca, creando una imagen civilizada.
El gaucho retratado asume características arquetípicas, aparece posando para el pintor, distendido, sugiriendo lentos ademanes y resaltando sus coloridas vestimentas. 

El juego de La Taba
Juan Manuel  Blanes


TAREA

El trabajo consistirá en leer este texto para obtener la información necesaria para contestar algunas preguntas y entrar a algunos sitios web para apreciar obras de arte de Juan Manuel Blanes.


1. Reúnanse con su grupo de trabajo.

2. Lean este texto para obtener la información necesaria para contestar estas preguntas:

- ¿De qué año datan sus primeros dibujos?

- Según las palabras de Juan Manuel Blanes, ¿cuál debe ser el objetivo del artista?

- ¿Cuáles son las características más sobresalientes de su obra?

- ¿Cuáles son los temas que predominan en ellas?

3. Entren en este sitio web, aprecien las distintas obras que allí aparecen y completen esta tabla:


título
tema
técnica
dimensiones
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4. Seleccionen una de las obras de Juan Manuel Blanes que aparece en la tabla, obsérvenla detenidamente e intenten completar su ficha técnica:

- Autor:

- Título:

- Técnica:

- Dimensiones:

- Tema:

- Paleta:

- Pinceladas:

- Manchas:

- Puntos:

- Líneas:

- Luces y sombras:

- Espacio:

- Formas:

- Personajes:

- Sensaciones que transmite:

- Emociones que despierta:

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