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Arte bizantino



El marco histórico

Tras la división del imperio romano en dos, Roma y su imperio occidental se desintegran y el imperio romano de oriente se afianza y asegura su supervivencia con el esplendor de Constantinopla, la capital, que pasará a llamarse Bizancio. A partir del siglo V Bizancio se afianza como centro cultural y político que alcanza con Justiniano (s. VI) el máximo apogeo. La cultura bizantina continúa la tradición paleocristiana con las aportaciones de Oriente, Egipto y la herencia helenística. Su pujanza se mantiene casi hasta la caída de Constantinopla en manos de los turcos en 1453.

Arquitectura

CARACTERÍSTICAS GENERALES

Fue el bizantino un estilo conservador, al servicio de la Iglesia y del emperador que sirve para mostrar su prestigio y poder. No existe preocupación por la forma, se interesa por lo divino y espiritual lo que se traduce en una exagerada ornamentación. El cuerpo humano pierde valor como tal y se representa como morada del espíritu. La influencia oriental se refleja especialmente en el fastuoso colorido (sobre todo en los interiores) de las construcciones que se decoran con brillantes mosaicos y pinturas.

Las aportaciones arquitectónicas son fruto de profundos estudios científicos aplicados a la construcción y de las influencias del arte romano. Los edificios se construyen con piedra, algunas de ellas muy ligeras, de consistencia porosa, y con ladrillos. Los materiales no tienen por qué ser especialmente ricos puesto que más tarde van a ser revestidos de mármoles y mosaicos. En general, podemos afirmar que los edificios bizantinos son sobrios e incluso pobres en el exterior, y deslumbrantes en el interior.

La arquitectura bizantina es abovedada. La aportación bizantina más sobresaliente es la solución que dan al sostenimiento de las bóvedas*. Los problemas fueron resueltos de manera definitiva aportando una solución válida al difícil obstáculo de los empujes de las bóvedas y cúpulas* mediante el empleo de pechinas* (triángulos curvos), medias cúpulas y otros elementos de sujeción (contrafuertes, muros gruesos).
Las plantas pueden ser de tipo basilical y central. Las plantas basilicales se cubren con bóvedas. En las de planta central la cúpula puede ir directamente sobre e muro o bien descansar sobre columnas que sirven para crear un espacio anular. La basílica bizantina aporta algunas modificaciones: el atrio se reduce al final a un pórtico* adosado a la fachada de la iglesia. El nártex es el lugar de reunión de los catecúmenos que no podían asistir a algunas ceremonias. La iconostasis*, especie de cancela que separa el espacio destinado a los presbíteros. La tribuna*, destinada a las mujeres, en el piso superior, es el antecedente del triforio* medieval, sobre las naves laterales.
La bóveda se asemeja al cielo en el que resplandecen las estrellas, de la misma manera que resplandecen los mosaicos que la recubrían.
Las columnas y los capiteles eran de ricos materiales. Los capiteles suelen ser corintios trabajados a trépano* y, en algún que otro caso, de caras planas y formas cúbicas muy depuradas. Sobre ellos se coloca el cimacio*.
La decoración es un elemento esencial de la arquitectura bizantina. Sienten verdadera adoración por los colores intensos que pueblan los mosaicos que revisten no los suelos, como se hacía en el arte romano, sino los muros y cubiertas.

LA PRIMERA EDAD DE ORO (S. VI-VII)
De este período el edificio más representativo es, sin duda, la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla. Esta iglesia, se edificó sobre otra anterior dedicada a la Santísima Sabiduría (Sofía en griego significa sabiduría) que había ardido en el transcurso de una revuelta. El emperador Justiniano se planteó el proyecto como una gran empresa para lo cual eligió a dos importantes arquitectos: Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, matemático e ingeniero respectivamente. Levantan un templo de planta cuadrada en la que aparecían la nave central, las laterales estrechísimas, el nártex y el atrio. El ábside se cubre con una bóveda de cuarto de esfera y el espacio central con una gran cúpula sobre cuatro pechinas La cúpula aloja cuarenta ventanas en su arranque para aligerar su peso. A 55 metros de altura se sitúa la clave de esta cúpula que era el espejo de la bóveda celeste. El empuje se contrarresta con dos medias cúpulas que, a su vez, se apoyan otras dos cada una, llamadas exedras, que en el exterior se refuerzan con contrafuertes.
Todo el espacio estaba recubierto de dorados mosaicos y revestida de placas de mármol que generan una atmósfera irreal y luminosa. Hoy sabemos que los primeros mosaicos de la cúpula eran simplemente dorados y que más tarde se representó una cruz. Las ventanas llevaban vidrios coloreados que permitían la penetración de una luz tamizada.
En el exterior sobresale el juego de volúmenes y la simplicidad que contrasta con el interior profusamente decorado y notablemente más complejo. Sofía es uno de los edificios más trascendentales de la arquitectura bizantina y uno de los que más veces se tratará de imitar a lo largo de la historia de la arquitectura.


Rávena es un foco fundamental del arte bizantino en la península italiana, en el que las aportaciones de este se funden con la tradición romana. Allí se construyen San Apolinar in Classe y San Apolinar il Nuovo, edificios que por sus plantas basilicales de tres naves y arcos de medio punto sobre columnatas, encajan perfectamente en la arquitectura paleocristiana, pero que tienen muchos elementos de origen oriental: los capiteles, la forma del ábside y los magníficos mosaicos.

Mosaico, S. Apollinare Il Nuovo. Ravena

Con todo, es la iglesia de San Vital (546-548), también en Rávena, la que más se aproxima a la arquitectura de Justiniano. Su planta es octogonal con una gran cúpula sobre un tambor cilíndrico que se apoya en ocho pilares con arcos. A los pies destaca el nártex rectangular. En esta iglesia se conservan los mosaicos de la corte de Justiniano y su esposa.

LA SEGUNDA EDAD DE ORO (S. IX-XII)
Una vez que se han sentado las bases de la arquitectura bizantina en la etapa anterior, parece haber quedado establecido el modelo de iglesia de planta de cruz griega cubierta con cúpulas. En Venecia, la iglesia de San Marcos de planta de cruz griega, con cinco cúpulas, una en el centro y las otras cuatro en cada uno de los brazos, demuestra la influencia de la arquitectura bizantina en esta zona.

Basílica de San Marcos Venecia


Las artes plásticas

El movimiento iconoclasta. El desarrollo de las artes plásticas en Bizancio está determinado por el problema de la querella por el culto de las imágenes. Esta nace en el momento en que comienza a considerarse el culto a las imágenes religiosas como una forma de idolatría. Los que rechazaban las imágenes se apoyaban en la tesis de que la divinidad es irrepresentable y buscaban una religiosidad más pura e intelectual. Este pensamiento trajo consigo la desaparición de una buena cantidad de obras de arte. Por otro lado, los defensores opinaban que lo divino se podía representar desde el momento en que Jesucristo es la encarnación de Dios, y no sólo esto, sino que el artista, inspirado por Dios, era capaz de plasmar su esencia en la obra de arte.

LA MINIATURA Y LOS ICONOS
La miniatura adquirió una gran importancia en este período, especialmente durante el reinado de Justiniano. Se cree que en torno al palacio existían importantes talles dedicados a esta labor. Los diferentes textos iban acompañados de ilustraciones que servían para aclarar los contenidos. En estas miniaturas se funden dos corrientes diferentes, por un lado la oriental de un estilo más decorativo y, por otro, la clásica, majestuosa y rica.

Los iconos son otra importante manifestación plástica. El icono es pintura religioso sobre tabla, recubriendo con láminas de oro o plata casi toda la superficie para dejar al descubierto el rostro y las manos. El fondo dorado contribuye a reforzar el profundo sentido de irrealidad y divinidad que los caracteriza. Representan la figura de la Virgen o de Cristo. Los rostros ofrecen una marcada rigidez y frontalidad con lo que se pretende resaltar su espiritualidad.

LOS MOSAICOS
En relación con el mosaico bizantino, lo primero que hay que decir es que tiene notables diferencias con el mosaico romano. En primer lugar, los mosaicos romanos se solían emplear para revestir el suelo, mientras que el bizantino se emplea para toda la superficie del muro y para las cubiertas inundando el espacio arquitectónico. También las diferencias se extienden al campo de lo técnico, puesto que las teselas no son sólo de piedra, sino que se incorporan las pastas vítreas de diversos colores e incluso piedras preciosas. En general, el mosaico bizantino es más refinado técnicamente e incorpora el oro para los fondos, con lo que se consiguen mejores efectos estéticos.
Las imágenes que se representaban en la iglesia tenían lugares prefijados, se ordenaban según unos criterios preestablecidos: en la bóveda del ábside o en la cúpula iba la figura de Cristo, la Virgen y los santos siempre por debajo de Cristo y en el muro las escenas del Juicio Final.
Los fondos son dorados, lo cual genera una fuerte sensación de irrealidad. Las figuras permanecen inmóviles y hieráticas, de ellas sobresale la intensidad de sus miradas. Se puede hablar de una tendencia generalizada a la abstracción y el antinaturalismo.
Los ejemplos más interesantes de mosaicos que se conservan son los conjuntos de Rávena, especialmente los de San Vital, en los que se representa a la corte de Justiniano y Teodora con sus respectivos séquitos portando ofrendas, con las características que ya hemos mencionado de hieratismo y frontalidad. San Apolinar el Nuevo y San Apolinar in Classe también conservan ricos mosaicos.


La maestría de los bizantinos en el trabajo de los mosaicos se conoció más allá de los límites del Imperio Bizantino, tanto que fueron reclamados por los califas cordobeses para decorar las superficies del mihrab de la mezquita de Córdoba.

“Sinuhé, el egipcio

Lee el siguiente fragmento de la novela “Sinuhé, el egipcio” de Mika Waltari, y realiza lo que se te pide más abajo:


“A los siete años recibí la vestidura de adolescente, que ciñe los riñones (…).
Después de la comida, mi padre puso su hábil mano sobre mi cabeza y acarició los bucles de mis sienes.
- Tienes siete años Sinuhé –me dijo-, debes elegir una carrera.
- Quiero ser soldado –dije yo en el acto.
No comprendí su expresión decepcionada. Porque los mejores juegos de muchachos en las calles son militares; había visto a los soldados ejercitarse en la lucha delante de los cuarteles; había visto los carros de combate salir de la villa para hacer maniobras, con sus ruedas ruidosas y sus colgantes oriflamas. No podía existir carrera más brillante y honorable que la carrera de las armas. Un soldado no necesita saber escribir, y ésta era para mí la razón principal de mi elección, porque mis camaradas me habían contado cosas terribles sobre las dificultades de la escritura y la crueldad de los maestros (…).
Mi padre no debió de estar muy dotado durante su infancia, de lo contrario hubiera llegado a algo más que médico de los pobres. (…) Sabía cuán sensible y obstinado yo era, pero no protestó de mi decisión.
Pero al cabo de un rato pidió a mi madre una jarra vacía, entró en su habitación y vertió en ella vino ordinario.
- Ven Sinuhé –dijo llevándome hacia la ribera.
Yo le seguí sorprendido. En el muelle se detuvo para observar una barcaza de la cual unos hombres sudorosos, con la espalda encorvada, sacaban mercancías embaladas en telas cocidas. El sol se ocultaba detrás de las colinas sobre la Villa de los Muertos; nosotros estábamos cansados, pero los hombres seguían descargando, jadeantes los flancos y cubiertos de sudor. El capataz los excitaba con su látigo y, tranquilamente sentado bajo un toldo, un escriba iba anotando la carga.
- ¿Quisieras ser como ellos? –preguntó mi padre.
La pregunta me pareció estúpida y no contesté, pero miré a mi padre sorprendido, porque nadie podía querer ser como aquellos hombres.
- Trabajan desde primera hora del día hasta tarde de la noche –dijo mi padre Senmut-. Su piel está curtida como la del cocodrilo, sus manos son rudas como las patas del cocodrilo. Sólo por la noche pueden regresar a su cabaña de barro, y su alimentación es un trozo de pan, una cebolla y sorbo de cerveza agria. Ésta es la vida de los descargadores. Ésta es también la del labrador. Tal es la de todos los que trabajan con sus manos. Tal vez no los envidiarás.
Moví la cabeza y lo miré sorprendido. Yo quería ser soldado y no cargador o abrir surcos en la tierra, regar los campos o ser pastor mugriento.
- Padre –dije yo mientras andábamos-, la vida del soldado es bella. Viven en los cuarteles y comen bien; por la noche beben vino y las mujeres los ven con benevolencia. Los mejores de entre ellos llevan una cadena al cuello aunque no sepan escribir. De sus expediciones traen botín y esclavos que trabajan por ellos y ejercen un oficio por cuenta de ellos. ¿Por qué no sería yo soldado?
Mi padre no contestó, pero apresuró el paso. Cerca de un depósito de inmundicias, en medio de un enjambre de moscas que revoloteaban en torno a nosotros, se inclinó para dirigir la mirada a una cabaña baja.
- Inteb, amigo mío, ¿estás ahí? –dijo.
Un viejo, lleno de mugre, con el brazo derecho amputado a la altura del hombro y cubierto por un trozo de tela roída por la grasa, salió apoyándose en un palo. Su rostro estaba descarnado y surcado de arrugas; no tenía dientes.
- ¿Es… es verdaderamente Inteb? –pregunté suavemente a mi padre, dirigiendo una mirada de pavor a aquél hombre.
Porque Inteb era un héroe, que había combatido en las campañas de Tutmosis III, el más grande de los faraones, en Siria, y se contaban muchas historias sobre sus proezas y las recompensas que había recibido.
El anciano levantó la mano para hacer un saludo militar y mi padre le tendió la jarra de vino. Se sentaron en el suelo, porque Inteb no tenía ni siquiera un banco en su casa (…).
- Mi hijo Sinuhé quiere ser soldado –dijo mi padre sonriendo-. Te lo he traído porque eres el único superviviente de los héroes de las grandes guerras, a fin de que le hables de la vida magnífica y de las hazañas de los soldados.
- ¡Por Seth y Baal y todos los diablos! –gritó el viejo con una risa aguda y entornando los ojos para verme mejor-. ¿Estás loco?
Su boca desdentada, sus ojos apagados, el muñón de su brazo y su pecho arrugado y sucio eran tan espantosos que me refugié detrás de mi padre y le agarré por la manga.
- ¡Muchacho, muchacho! –exclamaba Inteb ahogándose de risa-. (…)
- Pero… -dije yo temblando- el oficio de soldado es el más glorioso de todos.
- La gloria y el renombre –dijo Inteb, el héroe- es sencillamente estiércol, estiércol para alimentar las moscas. (…) De todos los oficios, el de soldado es el más horrible y miserable. (…) Mira, muchacho, este cuello descarnado ha sido adornado con quíntuples collares de oro. Con su propia mano el faraón me los puso. ¿Quién puede contar las manos cortadas que acumulado ante su tienda? ¿Quién se lanzaba como un elefante enfurecido en medio del enemigo? ¡Yo, yo, Inteb, el héroe! Pero ¿quién me lo agradece hoy? Mi oro se ha disipado a los cuatro vientos del cielo, mis esclavos han huido o han muerto de miseria. Mi brazo derecho quedó en el país de Mitanni y desde largo tiempo hubiera muerto de miseria si no hubiese sido por algunas almas caritativas que me traen pescado seco y cerveza. Mi juventud huyó en el desierto, en el hambre, en los tormentos y en las fatigas. Allí se ha fundido la carne de mis miembros, allí mi piel se ha curtido, allí mi corazón se ha vuelto más duro que la piedra. Por esto mi vida ha sido un abismo mortal desde que perdí mi brazo. Y no quiero ni siquiera mencionar el dolor de las heridas y los tormentos causados por los cirujanos (…).
- Pero un soldado no necesita saber escribir –me atreví a murmurar.
- Tienes razón –dijo-, un soldado no necesita saber escribir, debe saber solamente batirse. Si supiese escribir, sería jefe y daría órdenes al más bravo de los soldados. Porque todo hombre que sabe escribir es capaz de mandar a los soldados (…). Por esto te digo, muchacho, que si quieres mandar soldados y conducirlos, aprende a escribir. Entonces los portadores de cadenas de oro se inclinarán ante ti y los esclavos te llevarán al combate en litera.
(…) Abandoné mi sueño de ser soldado y no protesté cuando al día siguiente mi padre y mi madre me condujeron a la escuela.”

  1. ¿Qué quiere ser Sinuhé cuando sea grande? ¿Qué razones da para ello?
  2. ¿Qué le parece al padre esta decisión?
  3. ¿Hacia dónde lo lleva primero?
  4. ¿Qué ven allí?
  5. ¿Hacia dónde van luego Sinuhé y su padre? Describe el lugar al que llegan.
  6. ¿Quién es Inteb? Descríbelo o dibújalo.
  7. ¿Qué le impresiona a Sinuhé de Inteb?
  8. ¿Qué le cuenta Inteb sobre la guerra y sobre la vida de los soldados?
  9. ¿Qué estrategia utiliza el padre para que Sinuhé cambie de decisión? ¿Te parece un buen método? ¿Por qué?
  10. ¿Por qué, al final, Sinuhé acepta ir a la escuela?
  11. ¿Por qué era importante aprender a escribir? ¿Sigue siendo importante hoy? ¿Por qué?
  12. Realiza una redacción contando lo que entendiste de la lectura.
  13. ¿Te animas a hacer una tira de imágenes o una historieta contando este episodio en la vida de Sinuhé?

Trabajo Cartográfico Medio Oriente

Para realizar las actividades, ayúdate de un libro de Historia y de un Atlas.
  1. Ubica en el mapa lo siguiente:
  • Puntos cardinales
  • Mar Mediterráneo
  • Mar Rojo
  • Golfo Pérsico

  1. Marca en azul y ubica el nombre de los siguientes ríos:
  • Río Nilo
  • Río Éufrates
  • Río Tigris

  1. Colorea en verde y pon el nombre de:
  • Mesopotamia
  • Bajo y Alto Egipto

  1. ¿Qué continentes están representados en el mapa?

  1. Nombra por lo menos cuatro países que actualmente se ubiquen en la zona representada. 

Origen y evolución del hombre

Estas son algunas de las especies antecesoras del hombre actual. Se encuentran en forma desordenada. Lee con atención la descripción de cada una de ellas, y realiza lo que se te pide más abajo:



1. Ordena las especies humanas de forma cronológica (de la más antigua a la más moderna):
1  _____________________________
2  _____________________________
3  _____________________________
4  _____________________________
5  _____________________________

2. Extrae de los textos las características principales de cada especie.

3.  Completa el planisferio con lo que se te pide, utilizando referencias:
          a. Pinta los continentes con colores diferentes.
          b. Ubica los océanos.
          c. Ubica cada especie en los continentes que habitaron.

5. Observando el mapa completo, ¿por qué podemos decir que África es la cuna de la humanidad?

Leyendo a los Historiadores

Leemos a José Pedro Barrán

Te proponemos leer a uno de los historiadores más prestigiosos del Uruguay, recientemente fallecido. Vamos a acercarnos a uno de los libros más conocidos quizás, que disfrutaron y siguen disfrutando muchos lectores, no solo estudiantes o profesores de Historia, sino amantes de la Historia en general.
El libro se llama “Historia de la sensibilidad en el Uruguay”. El historiador al que nos referimos es José Pedro Barrán, y se trata de una historia escrita en dos tomos. En este caso vamos a leer un capítulo perteneciente al tomo II que Barrán llamó “El disciplinamiento”. Este libro abarca los siguientes años 1860-1920
Trabajaremos con el capítulo IV, “La mujer dominada”

Playa de Pocitos. Sector femenino. Década 1900.

  1. En este capítulo José Pedro Barrán se propone analizar el modelo de mujer construido por la burguesía uruguaya del 900. Realiza una lista de términos que caractericen ese modelo. Empezaríamos así: “la mujer debía ser….”
  2. Explica qué eran y que pretendían lograr las “Lecciones de Economía Doméstica”
  3. ¿Qué rol o función debía cumplir la mujer en aquella sociedad?
  4. Lee atentamente el ideal femenino expresado por “El Mensajero del Pueblo” (pag 166). Analiza el significado y los sentidos de la frase: “la mujer sin dedal es un ser horrible”.
  5.  ¿Por qué los únicos trabajos admitidos -por este modelo cultural- para la mujer eran el de maestra y el de costurera?
  6. ¿Por qué el trabajo femenino fuera del hogar era visto como deshonroso?
  7. Averigua quién era Paulina Luisi. Busca datos sobre su historia que puedas relacionar con los aspectos que vienes trabajando. Esta entrevista a la historiadora Graciela Sapriza puede ayudarte:












Júntate con otros compañeros y lean el siguiente fragmento, también perteneciente a la obra de Barrán:

“La mujer burguesa vivía cercada por la vergüenza. La menstruación, un hecho a ocultar, la hacía sentirse impura, sucia, manchada (…) cuando asomaba el deseo por un hombre, estallaba la tragedia personal, la oscilación entre la “entrega” y la “caída” culpables (…) La intimidad real de los esposos tal vez nunca será por entero conocida, pero había normas y “modas” que permiten convertir al investigador (y a usted lector) en “voyeur”.  La unión conyugal debía realizarse a oscuras, sin palabras, y con ropa… Los camisones finiseculares de las mujeres eran muy largos, con mangas y, a veces, una abertura en el centro. En alguna oportunidad se les bordaba: “No lo hago por placer sino por deber”.
 
En equipos debatan y respondan las siguientes preguntas:
1) ¿De qué distintas maneras una mujer puede expresar que está menstruando?
2) ¿Creen que hoy día las mujeres viven este hecho como algo que “hay que ocultar”? Fundamenten su respuesta.
3) ¿Qué cosas o aspectos de aquella sociedad pone en evidencia el relato que hace Barrán sobre cómo se concretaba la unión conyugal?
4) ¿Qué cosas de ese relato les resultan extrañas o ajenas? ¿Por qué?

Actividad Roma


Observa las fotos de la maqueta de Roma.

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La Antigua Roma. Caput Mundi. La primera gran metrópoli de la humanidad –con una población que sería superada sólo a principios del siglo XIX por la de Londres–. Aquí la arquitectura, en particular la civil, llega a su máxima expresión. No sólo la belleza, como para los griegos, sino la utilidad y la practicidad de las construcciones son las reinas. Pero el resultado es sin duda bello. Prueba de ello son los vestigios de los muchos monumentos que han llegado hasta nuestros días y de los que todavía podemos disfrutar en la ciudad eterna.
Roma Maqueta Italo Gismondi
1 – Isla Tiberina; 2 – Teatro de Marcelo; 3 – Templo de Juno; 4 – Panteón de Agripa; 5 – Estadio de Domiciano; 6 – Teatro de Pompeyo

Reconstrucción de la Roma Antigua

Aún así, no es fácil hacerse una idea de como sería la capital del Imperio Romano en el periodo de su máximo esplendor. Para ello, nada mejor que contemplar su reconstrucción en esta enorme maqueta de Roma en la época de Constantino (siglo IV dC) expuesta en el Museo della Civiltà Romana de la capital italiana. Gracias a esta maqueta, podemos entender cómo estaba organizada la ciudad dentro de la muralla aureliana con su red viaria, sus puentes en el Tíber, sus templos, sus acueductos, sus edificios públicos –como las termas, los circos, los teatros, anfiteatros y los foros–, las residencias imperiales y señoriales, pero también los barrios densamente poblados como el de Suburra (el actual rione Monti).
Roma Maqueta Italo Gismondi Detalle
1 – Anfiteatro Flavio: Coliseo; 2 – Templo del divino Claudio; 3 – Escuela de gladiadores; 4 – Termas de Diocleciano; 5 – Termas de Tito; 6 – Templo de Venus; 7 – Foros Imperiales; 8 – Acueducto de Claudio
Entre los monumentos representados, destacan el foro romano y los foros imperiales, el Teatro de Marcelo, el Circo Máximo, el Templo de Júpiter Capitolino –dominando la colina capitolina–, los Templo de Venus y del Divino Claudio, las Termas de Diocleciano y, como no, el Anfiteatro Flavio: el Coliseo. Algunos todavía existentes –o por lo menos conservados en parte– y otros ya desaparecidos, todos estos monumentos eran sin duda majestuosos y dignos de la capital de un Imperio.
Roma Maqueta Italo Gismondi
1 – Templo de Júpiter Capitolino; 2 – Circo Máximo; 3 – Palacios Imperiales del Palatino; 4 – Termas de Caracala; 5 – Muralla Aureliana

Un mapa-maqueta con más de 80 años

La maqueta fue diseñada en escala 1:250 por el arquitecto Italo Gismondi en el 1933 para la Mostra Augustea della Romanità (Exposición augustea de lo romano), inaugurada por el mismísimo Mussolini, entonces al mando de Italia –el video de la inauguración es bastante curioso–. Entonces representaba sólo el centro monumental pero más adelante se fue ampliando hasta incluir toda el área urbana dentro la muralla aureliana exponiéndose en el museo actual, inaugurado en el 1955, ya en época democrática. Todavía hoy  se sigue retocando a la luz de nuevos descubrimientos.
En el Museo hay mucho más (tiene ¡12.000 m2!), por ejemplo se puede contemplar la reproducción a tamaño real del gran “libro” de las guerras de la Dacia, o sea la columna de Trajano, con sus 2.500 figuras esculpidas. Los calcos, expuestos en un pasillo del museo, hacen posible “leer” la historia en imágenes de las dos campañas militares del emperador en Dacia, cosa impensable observando la columna real, ya que mide 48 metros. Además, cuando se realizaron los calcos, en el siglo XIX, el estado de conservación de la columna era mucho mejor que el actual.
En el museo hay también otros calcos y reproducciones de gran valor, considerando que desafortunadamente muchas obras no se han conservado hasta hoy en día. En otras salas se documentan la historia, los usos y costumbres de la civilización romana en sus diferentes aspectos, desde la vida pública hasta la vida cotidiana del pueblo.

Dónde está la maqueta de la Roma Antigua

El edificio que acoge el Museo se encuentra en el barrio romano del EUR. Un barrio creado para la Exposición Universal de Roma de 1942 que no se llegó a celebrar. Un barrio, de estilo típico de la época fascista italiana que combina el clasicismo neo-romano con elementos del racionalismo funcionalista, un poco alejado del centro pero al que se llega fácilmente en metro (parada EUR Fermi).



  1. ¿Que construcciones identifica? Ennumeralas. Describelas e indica sus funciones.
  2. ¿En cuál edificio romano se observa la influencia griega?
  3. ¿Que elementos constructivos pueden considerarse propiamente romanos?
  4. Dibuja una de las principales construcciones arquitectonicas o construye una maqueta..
  5. Define ¿Qué es la romanización?