Foto cortesía de 5348 Franco.
La Exposición Universal de 1889 le regaló a París –y a Francia- su más conspicuo monumento: la Torre Eiffel.
Muy criticada en su momento y a punto de haber sido demolida, la torre,
con sus 325 m de altura, ha sobrevivido 40 años como el edificio más
alto de la tierra, y más de un siglo como el símbolo del país galo. Es,
además y por supuesto, Patrimonio de la Humanidad por UNESCO.CONTEXTO
Desde la primera Exposición Universal,
celebrada en Londres en 1851 (de la cual, lamentablemente, no queda
nada ya que el famoso y audaz Palacio de Cristal fuera siniestrado en un
incendio en 1936), las potencias europeas utilizaron estos eventos para
dar a conocer sus adelantos científicos y artísticos y, por supuesto,
utilizarlos como una herramienta de propaganda política. Es por eso que
París había organizado exposiciones universales en 1855, 1867 y 1878.
Pero 1889 era una fecha especial, ya que se cumplían 100 años de la toma
de la Bastilla, y de la proclamación de los principios de libertad,
igualdad y fraternidad, que sirvieron de inspiración para la
independencia de muchas naciones en la tierra. Sin embargo, el
lamentable baño de sangre real que sucedió a la Revolución Francesa
cohibió a monarquías europeas de entonces, como Inglaterra y Prusia, a
participar de la Exposición.
Pero además, la Tercera República Francesa necesitaba la Exposición para recuperar la moral de la nación, tras la caída del Segundo Imperio y la vergonzosa derrota en la guerra Franco-Prusiana en 1871. Era pues imprescindible lograr una imagen que pusiera de nuevo a Francia en la palestra de las grandes potencias europeas.
La Exposición se ubicaba en un área rectangular de cerca de 1 km².
Urbanamente, establecía un eje visual que , partiendo del Palacio de Trocadero, atravesaba el Río Sena hasta el parque del Campo de Marte, utilizando a la Torre Eiffel como un marco alineado a dicho eje. La Expo ocupaba también el área de la vecina Explanada de los Inválidos.
LA EXPOSICIÓN UNIVERSAL
Puerta de ingreso a la Exposición Universal de 1889
Impresionante Pabellón Argentino, premiado en la Exposición. Recomiendo un interesante y detallado artículo del arq. Gustavo A. Brandariz (gracias a la cortesía de Martín Lisnovski).
Impresionante Pabellón Argentino, premiado en la Exposición. Recomiendo un interesante y detallado artículo del arq. Gustavo A. Brandariz (gracias a la cortesía de Martín Lisnovski).
La Exposición, inaugurada 6 de Mayo de 1889, estuvo compuesta por cerca de 80 edificios, siendo el más importante la Galerie des Machines,
diseñada por el arquitecto Ferdinand Dutert y el ingeniero Victor
Contamin. Se trataba de un edificio alargado de 420 m de largo y 115 m
de ancho.
Notoriamente no había columnas en el medio, lo que aseguraba un espacio amplio para las grandes maquinarias expuestas.
Otro de los atractivos de la Expo fue la llamada Historia de la Habitación, creada por Charles Garnier, el notable diseñador de la Ópera de París. Se trataba de un conjunto organizado en dos categorías: prehistórica e histórica. En la primera habían estructuras simples ambientadas en hábitats naturales (al aire libre, bosques, rocas y grutas). En la segunda, estructuras de “civilizaciones primitivas” (egipcia, asiria), civilizaciones provenientes de la invasión aria (hindú, persa, alemana, gala, griega y romana) y "versiones contemporáneas de civilizaciones primitivas que no han ejercido ninguna influencia en el avance de la humanidad" (china, japonesa, inca, azteca y africana).
Muchos avances fueron expuestos en esta Feria Universal, la que fue la primera en la historia
en se abierta de noche, gracias a la iluminación eléctrica.
Pero sin duda el elemento más llamativo de la Exposición lo constituía la enorme torre, promovida y construida por la compañía del Ingeniero Gustave Eiffel.
CONCEPCIÓN DE LA TORRE
Es
curioso pero Gustave Eiffel no diseñó la famosa torre que lleva su
nombre. Es más, se mostró poco entusiasta cuando, en 1884, Emile
Nouguier y Maurice Koechlin, dos ingenieros de su compañía, le acercaron
sus bocetos para una torre de 1000 pies que adornaría la Expo. Aquel
primer boceto incluía ya la forma de la torre que vemos hoy, apoyada
sobre 4 patas que ascendían en forma triangular describiendo caras
curvas, aunque presentaba 5 plataformas. Eiffel, sin embargo, autorizó a
sus ingenieros a que continuaran con los cálculos.
Para
cuando la torre tuvo 3 plataformas, intervino el arquitecto Stephen
Sauvestre, quien añadió los arcos y detalles en estilo Art Noveau, que
embellecieron la estructura y que aun hoy pueden verse, además de
incluir mampostería en la base.
Si
bien no diseñó la torre, una vez que Eiffel se interesó en ella puso
toda su experiencia, energía y hasta su propio financiamiento de hacerla
realidad. Para algunas autoridades no tenía sentido invertir gran
cantidad de dinero en hacer aquel monumento inútil, por lo que Eiffel
tuvo que financiar el 80% de la construcción de la torre, adquiriendo
los derechos de la misma por 20 años.Después de todo, Eiffel se había hecho de una reputación y fortuna construyendo puentes y otras estructuras en muchas partes del mundo, incluyendo puentes, mercados y hasta iglesias en países tan distantes como China, Filipinas, España, Perú y Chile, así como el armazón que sostiene al la Estatua de la Libertad en Nueva York, regalo francés a EE.UU. La base de su éxito fue que su compañía diseñaba y producía cada una de las piezas de estas estructuras, las cuales eran luego trasladadas al lugar y ensambladas como un gigantesco mecano. Las piezas prefabricadas y estandarizadas reducían notablemente los costos y el tiempo de construcción.
Sin embargo, Eiffel no llevó a cabo la ejecución de la torre sin oposición. Decenas de artistas, literatos, poetas, escultores y otros intelectuales, entre los que estaban Charles Garnier y Alexander Dumas, escribieron una carta abierta condenando la torre, a la que veían como un monstruoso artefacto que ineludiblemente destruiría el bello perfil de París.
CONSTRUCCIÓN
La ejecución de un monumento tan alto con una estructura liviana tenía un enemigo considerable: el viento. La torre debería soportar fuertes vientos en su cima y debía mantenerse estable, sin hundirse, ya que se hallaba en un terreno próximo al Sena. De hecho, un análisis contemporáneo demuestra que la parte inferior de la torre se halla sobre dimensionada a fin de soportar vientos.
La construcción de la torre se inició en 1887 con la preparación de los cimientos, separados entre sí formando un cuadrado de 125 metros. Para garantizar la impermeabilidad de los cimientos se crearon grandes cajas metálicas que fueron luego rellenadas de concreto. Estas cajas serían sumergidas bajo el agua. Los obreros trabajaron al interior de estos estos pozos de cimentación a los que se inyectaba aire comprimido.
De allí partían los pilares, formados por planchas de hierro que se unían por pernos. Estas grandes columnas diagonales habrían de albergar los ascensores, que vencieron el reto de elevarse diagonalmente.
Los arcos, ubicados a 39 m de altura y con un diámetro de 74 m, ayudan a dar mayor resistencia a la base, a la vez que enmarcan la visual a nivel peatonal. El estilo de la ornamentación podrá parecer recargada, pero en su momento pertenció al innovador estilo Art Noveau.
La primera plataforma, de un área de 4200 m2 se ubica a 57 m sobre el piso. Esta plataforma presenta un vacío en su área central.
Izquierda: Montaje metálico de una de las patas. 18-07-1887
Derecha: Montaje de la parte inferior de los postes. 07-12-1887
Derecha: Montaje de la parte inferior de los postes. 07-12-1887
Down under. Foto cortesía de Coussier.
El segundo nivel, con una superficie de 1650 m2, está a 115 m de altura. Es aquí donde en 1983 se abrió el famoso restaurante Julio Verne.
Izquierda: Montaje de los pilares sobre la primera plataforma. 15-05-1888
Derecha: Montaje de la segunda plataforma. 21-08-1888
Derecha: Montaje de la segunda plataforma. 21-08-1888
La tercera plataforma tiene 350 m2 y se halla a 275 m de altura. Aquí vimos una reproducción de la famosa visita de Thomas Edison a Gustave Eiffel.
La torre se construyó en dos años, dos meses y cinco días, en el doble del tiempo calculado y con una inversión mucho mayor que la presupuestada. Fue inaugurada oficialmente el 31 de marzo de 1889.
LEGADO
La torre Eiffel fue también parte importante de la Exposición de París de 1900, aunque fue menos concurrida que la primera vez (a pesar de la mayor afluencia a esta feria).
Exposición de París en 1900. Foto cortesía de Brooklyn Museum.
La torre estaba destinada para su demolición en 1909, por lo que Eiffel promovió un movimiento cultural para preservarla. El principal argumento en su contra era que la torre era “inútil”, por lo que Eiffel destinó su oficina como un lugar que aprovechara la gran altura para realizar experimentos, que hubieran sido imposibles de realizar en otro lugar, como por ejemplo sobre telégrafía y radiofonía. Aún así la preservación de la torre se llevó a votación entre los concejales que querían preservarla y aquellos que querían derribarla para embellecer paisajísticamente el área que ocupaba. Es obvio que ganaron los preservacionistas, aunque la verdad es que la torre se salvó… por un voto ¡Un voto!
La Torre Eiffel demostraría su importancia cuando, durante la primera guerra mundial, y con tropas prusianas a 40 km de París, militares franceses apostados en lo alto de la estructura interceptaron un mensaje telegráfico enemigo, y lanzar una contraofensiva en el momento preciso, salvando a la capital gala de su inminente caída.
Durante la ocupación nazi en 1940 los cables de los ascensores fueron cortados para impedir que los alemanes puedan usarlos, así que la bandera de la esvástica tuvo que ser acarreada a la cima a pie. Tras la liberación de París por los aliados, los cables fueron repuestos y los elevadores estaban en uso a las pocas horas.
Pero es a partir de los 70s, gracias al boom turístico, que la torre adquiere la importancia que tiene hoy. Actualmente, la torre que promovió, construyó y defendió Gustave Eiffel, recibe más 6 millones de visitantes al año, una cifra que el avezado ingeniero francés jamás hubiera podido imaginar.
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