El arte griego, en sus épocas más remotas, enlaza con el arte
minoico-micénico a través de la ornamentación geométrica
en la cerámica de los siglos X y IX a.J.C. Este estilo (
decoración con lineas horizontales y circulos concentricos)
presenta también influencias orientales y durante su evolución
apareció una notable estatuaria de rica policromía con
figuras femeninas de marfil.
Aparecieron también dos tipos escultoricos que se desarrollarán
plenamente en el siguiente periodo: los coré o Koré
(doncella vestida) y los Curós ó Kouro
(muchacho desnudo).
Reconstrucción moderna utilizando la policromía de la época |
La cerámica más famosa fue la corintia, remplazada posteriromente
por la ateniense . La arquitectura griega más antigua se basa en el
ensamblaje de grandes bloques de piedra sin mortero.
El periodo que sigue es el del llamado arte arcaico: en él
aparecen ya las características que definirán el arte griego,
es decir el estilo dórico, y jónico el campo
arquitectónico, las cerámicas con figuras negras y
rojas y las esculturas naturalistas estilizadas.
El estilo dórico alcanzó la plenitud en esta fase con los
edificios de Agrigento, Paestum y Selimonte y el desarrollo en
la escultura de los temas del curós y la coré (como la
celebre serie de doncellas de la Acrópolis Ateniense).
El mundo jónico produjo en este periodo esfinges, Curoi
y las esfinges de la familia de los Bráquidas, que bordeaban
la vía sacra de Didima.
Desaparecida la pintura mural, se conservaron algunos estilos
de decoración cerámica (en la de figuras negras
sobresalieron los talleres atenienses) A partir del 530
a.J.C. Comenzó en Atenas la producción de cerámicas con
figuras rojas sobre fondo negro. El pintor más destacado de
este periodo fue al parecer Eufronio.
Al periodo arcaico sucede el periodo clásico.
Sigue vigente en la Magna Grecia la arquitectura dórica, aunque del
templo más famoso, el de Zeus en Olimpia, sólo se
conservan ruinas. Pronto conviven los ordenes dóricos y jónicos
inferenciados sobre todo por sus elementos decorativos y por sus
proporciones , en el Erecteion y el templo de Atenea
Niké, de la Acróplis ateniense (que forman un conjunto
monumental, paradigma de la arquitectura del periodo clásico).
El Erecteion |
En el Partenón, en cambio, resulta más confusa la distinción de los estilos y se produce una notable alteración de las proporciones hasta entonces convencionales.
No tardo en hacer su aparición un tercer orden, el corintio, representado por el monumento a Lisícrates y el tholos de Epidauro, como intento de síntesis y solución de los problemas planteados por los dos ordenes precedentes.
De este período clásico datan asimismo los grandes conjuntos
monumentales de la Acrópolis ateniense, concebidos con una
perspectiva que podría calificarse de urbanística.
En la escultura cabe destacar inicialmente obras como el
efebo de Cristias y el auriga de Delfos, así como el
conjunto considerado Trono Ludovisi.
Grandes escultores fueron Mirón (Discovolo), Policleto (Doriforo), Fidias ( a éste y a su escuela se le atribuyen frisos, metopas y frontones del partenón), Praxiteles (Hermes de Olimpia)y Escopas (fragmentos conservados en el mausoleo de Hericarnaso).
Grandes escultores fueron Mirón (Discovolo), Policleto (Doriforo), Fidias ( a éste y a su escuela se le atribuyen frisos, metopas y frontones del partenón), Praxiteles (Hermes de Olimpia)y Escopas (fragmentos conservados en el mausoleo de Hericarnaso).
En cuanto a la pintura a parte de los nombre ilustres de Zeuxis, Apeles, Eufrano y Polignoto, no han llegado hasta nosotros más que las realizadas sobre cerámica. De la gran pintura mural de la época cabe citar las muestras halladas en las tumbas de Paestum.
El último período del arte griego antiguo es el llamado
helenístico, que va aproximadamente desde Alejandro Magno
hasta la conquista de Grecia por los romanos. El gusto se hace
ecléctico, se complica, se hechan al olvido las proporciones
clásicas de los ordenes antes citados. En el campo escultórico
cabe citar el Altar de Zeus en Pergamo, la obra en bronce de
Lisipo (Apoxiomenos retratos de Alejandro Magno), La venus
de Milo, La Victoria de Samotracia y el Laocoonte.
En los retratos de los magnates predomina un realismo que a veces
linda con el expresionismo. A la decadencia de la pintura de
vasos corresponde el auge de los mosaicos, que
son bicromos en Pella, y policromos en otros lugares donde se
han conservado, como los mosaicos de Praeneste, relacionados
con la pintura pompeyana. A la concepción unitaria del
edificios sucede la edad de oro del urbanismo; se levantan en
este periodo helenístico ciudades de planta reticular
como Hipocamo de Mileto. A este período ya crecspular, cuyo
patrimonio heredará Roma en los siglo II y I a. J.C., sudcederá l
llamado arte bizantino.
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