El
nuevo urbanismo de la ciudad "industrial", surgido tras la
trasformación económica intensificó el proceso de urbanización de
una manera espectacular. Sobre todo en las zonas industrializadas y
debido a los emigrantes rurales, que llegaban atraídos por la
industria y los servicios. Convirtió a la ciudad en un nuevo
escenario del mundo contemporáneo.
«La
concentración de la población en las ciudades ha sido el fenómeno
social más notable del siglo XIX. Masas urbanas hormigueantes
fueron desarraigadas de sus culturas populares tradicionales y se
convirtieron en consumidoras de ideas y valores proporcionados por
intelectuales urbanos (...) Lugar de estímulos maravillosos donde la
inteligencia se basaba en las comunicaciones rápidas y en la
competencia por los premios, la metrópoli que iba camino de
convertirse en megalópoli también era sitio de descontento y
agitación. Y fue asimismo el lugar donde se expandió como nunca una
clase básicamente nueva: los intelectuales, especialistas en ideas,
vendedoras de mercancías ideológicas.»
Tomado
del libro de Roland N. Stromberg, "Historia Intelectual
Europea desde 1789", Ed. Debate, Madrid 1990.
En
1800 sólo el 7 % de las ciudades del mundo tenía más de 5000
habitantes. En 1850 era el 13 % y en 1900 en torno al 25 %. La
cercanía a materias primas y por lo tanto a zonas industriales
explican esta situación, ya que había abundante mano de obra y se
construyeron grandes vías de comunicación.
Las
ampliaciones de las ciudades se produjeron de forma desordenada, a
veces uniéndose varios núcleos. El centro antiguo era una zona
privilegiada y en ella se comenzaron a construir los primeros
edificios de vidrio y acero.
Los
nuevos barrios eran destinados a los nuevos grupos sociales: obreros
y burgueses.
El
barrio obrero, generalmente al este, y construido con malos
materiales.
También
apareció el barrio de la estación, sin ningún elemento reseñable,
pero peligroso.
El
rápido crecimiento urbano provocó problemas de
electrificación, alcantarillado, suministro de agua, energía,
alimentos, materias primas y transportes, comunicaciones. Además los
vehículos destrozaban las calles o se producía el aislamiento de
algún barrio.
En
muchas ciudades fue necesario remodelaciones urbanas, ensanches o
grandes avenidas donde canalizar la protesta social y poder ser
reprimida fácilmente con el uso de potentes medios, policiales y
militares.
Ringstrasse,
remodelación de la ciudad de Viena.
Campos
Elíseos, París.
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