La época del arte gótico
El gótico nace a mediados del siglo XII en la Isla de
Francia, en París. El término gótico lo acuñó GiorgioVasari en el siglo XVI para designar al “oscuro arte de la
Edad Media”, que venía a introducirse entre un glorioso
pasado, el arte de la Antigüedad Clásica grecorromana y su propia
época, el Renacimiento. El arte gótico es para Vasari y para todos
los artistas italianos del Renacimiento sinónimo de bárbaro,
incluso se lo consideraba de origen germánico y su tratamiento era
claramente despectivo. Habrá que esperar hasta el siglo XIX para que
el gótico se gane el favor de sus estudiosos y se vaya valorando
positivamente al tiempo que se diferencia del románico.
Desde finales del siglo XII hasta el siglo XVI,
época en la se desarrolla el estilo gótico, culmina el proceso de
crecimiento demográfico y desarrollo urbano de la Edad Media. La
ciudad se convirtió en el centro de la vida medieval y se desarrolla
la burguesía comercial y artesanal agrupada en gremios. En este
ambiente de apogeo urbano y económico se pueden emprender las
grandes construcciones del gótico, las catedrales, que son el
símbolo de la ciudad, elevada por encima de los demás edificios
rivalizando con las ciudades vecinas. Además, la catedral muestra el
protagonismo y la influencia de la iglesia en la sociedad medieval.
Entre los factores religiosos que contribuyen al
desarrollo del gótico está la crisis de la orden del Cluny cuya
reforma la realizan los monjes cistercienses. La nueva Orden del
Císter establece unas normas arquitectónicas que rompen con el
románico, estableciendo la austeridad en la decoración y el rechazo
a todo lo superfluo, valorando lo puramente arquitectónico.
Se produce a la vez un despertar del humanismo, la
atención a la naturaleza y el cuerpo humano no será ya un miserable
soporte del alma, sino una maravillosa obra de Dios que hay que
respetar. Atrás ha quedado el terror milenario y se abre una era de
amor a Dios, a la naturaleza, de amor espiritual y de amor cortesano.
Frente al románico rural, feudal y monástico se
desarrolla ahora el gótico artesanal y burgués, donde el monasterio
aislado en el campo es sustituido por la catedral ciudadana.
Características de la
arquitectura gótica
Si algo caracteriza plásticamente el espíritu gótico
es su arquitectura. Nunca hasta entonces se avanzó tanto ni se
alcanzaron unos logros tan grandes en el arte de edificar. En la
arquitectura gótica quedan planteados y resueltos todos los juegos
de tensiones dinámicas que vuelven a resolverse en la actualidad
pero con otros materiales.
Verticalidad y altura. Ante todo, la catedral
gótica, símbolo por excelencia del templo cristiano, es línea
vertical, una verticalidad que produce en el hombre la sensación
de equilibrio inestable. Las catedrales estiran sus columnas y
subrayan el verticalismo con naves de gran altura.
Los elementos fundamentales de la arquitectura gótica
son: el arco ojival o apuntado y la bóveda de
ojival o de crucería.
El arco apuntado es más seguro ya que su mayor
verticalidad hace que las presiones sean menores que el de medio
punto y proporciona mayor esbeltez al edificio, expresa esfuerzo y
dinamismo y tiene un mayor valor decorativo.
La bóveda de crucería está formada por el
cruce de dos arcos apuntados. Su versión más sencilla es la bóveda
cuatripartita que va evolucionando y se complica: bóveda
sexpartita, bóveda de terceletes y bóvedas
estrelladas con un valor altamente ornamental y decorativo.
Los nervios (arcos que se cruzan en la bóveda) adquieren un papel
definitivo en la construcción ya que en ellos descansa la bóveda y
con ellos el arquitecto concentra el peso de la cubierta en cuatro
puntos, haciendo más ligero el plemento y permitiendo elevar
más los edificios.
Con el arco apuntado se desvían mejor los empujes
oblicuos del arco y con la bóveda de crucería, se concentran los
empujes en sólo cuatro extremos, a lo que se añaden ingeniosos
soportes que trasladan esos empujes a tierra. Estos soportes son el
arbotante y el contrafuerte o estribo. Otro elemento
característico es el pináculo, que tiene sobre todo
una función decorativa más que constructiva.
Entre los elementos sustentantes destaca el uso del
pilar, que en principio ser sencillo para luego ir
complicándose con columnas o columnillas adosadas llamadas
baquetones que se prolongan sobre la cubierta formando los
nervios de la bóveda. Los capiteles pierden
importancia y tienden a desaparecer o sólo se esbozan con alguna
moldura.
Por lo que se refiere al muro, se hace ligero e
incluso tiende a desaparecer. Predomina el vano sobre el macizo, al
contrario que en el románico y grandes vidrieras multicolores
ocupan lo que antes había sido pared. La luz entra así en el
edificio jugando un importante papel en esta arquitectura.
Adquieren gran importancia las fachadas, no sólo
la principal sino también las dos del crucero. La decoración rebasa
la superficie de las portadas. En ellas los tímpanos
se dividen en zonas horizontales y las arquivoltas se decoran
longitudinalmente. La fachada principal está delimitada por dos
torres laterales dividas en pisos de masa hueca y rematadas
con terraza o con una pirámide o chapitel.
Gótico en Francia
El gótico nace en Francia y se difunde por toda Europa.
Comienza en la segunda mitad del siglo XII con la construcción de la
abadía de Saint Denis. Esta iglesia ofrece de golpe, todo el
planteamiento de la estructura gótica. A partir de aquí se
iniciaron los avances que culminan en las catedrales de Noyon (1150),
Laon y Notre Dame de París (1160)
y Chartres (1195).
Sin embargo, el apogeo y verdadera época clásica del
gótico francés aunque comienza en Chartres, se fija en las
catedrales de Reims y Amiens,
construidas en la primera mitad del siglreims
o XIII.
También del siglo XIII, es la Sainte Chapelle
de París, construida bajo el mecenazgo de Luis IX (San Luis de
Francia). Es una obra de carácter regio, edificada en el recinto de
palacio y de pequeñas dimensiones. La iglesia tiene dos niveles: la
cripta es relativamente baja, mientras que la iglesia es muy
elevada. Las vidrieras sustituyen totalmente a los muros.
El modelo clásico de catedral gótica es casi idéntico
en las catedrales francesas: planta de cruz latina, bóvedas de
crucería, amplio ábside con capillas radiales, amplios ventanales,
el crucero casi al centro. Dos torres gemelas flanquean
la portada principal, que a su vez tiene tres puertas que se
corresponden con las tres naves. Una larga aguja o chapitel
se coloca sobre el cimborrio para subrayar la verticalidad. La
fachada tiene forma de H y una amplia decoración con
gabletes, galerías de arcos y rosetones.
A partir de la segunda mitad del siglo XIII, los
avances son escasos. Se abandonan las alturas excesivas y se
profundiza en lo decorativo, con grandes rosetones y una
menuda decoración que desembocará en el Gótico Flamígero del
siglo XV.
Gótico en Italia
En Italia, la tradición clásica hizo que se acogiera
con recelo un “estilo bárbaro” que rompía con el legado de las
civilizaciones mediterráneas. Nota peculiar del gótico italiano, es
la importancia de la arquitectura civil frente a otras
naciones en las que predomina la religiosa. En cambio, los edificios
góticos religiosos, tienen una gran influencia del también peculiar
románico italiano. Las características de este gótico son las
siguientes:
Clasicismo, que se evidencia en el uso de arcos
de medio punto o poco apuntados.
Policromía, mediante el uso de mármoles de
colores como en el románico.
Predominio de la horizontalidad. Son edificios de
poca altura, sólo la torre adosada destaca verticalmente.
Los monumentos más representativos de estos rasgos son:
La Catedral de Siena, la de Orvieto
y la de Milán, la más francesa de las
italianas. En Florencia, la Catedral de Santa
María de las Flores.
En cuanto al gótico civil, responde a dos tipos
diferentes: el toscano y el veneciano. En el primero,
el rasgo más sobresaliente es la alta torre, como en la Signoria
de Florencia. En el segundo, resaltan los elementos
decorativos de sus fachadas para mostrar el lujo de la construcción,
como se ve en el Palacio de los Dux y la
Casa de Oro, ambos en Venecia.
Gótico alemán
Alemania, fue probablemente, el primer país en recibir
la influencia de la arquitectura gótica nacida en Francia. El gótico
alemán, es muy compacto y la verticalidad se acentúa únicamente
con sus grandes agujas o chapiteles, que en el siglo XIV
serán caladas, algo distintivo de este gótico.
Destaca de catedral de Colonia, de gran
altura, con cinco naves e inmensas vidrieras. Las agujas de las dos
torres se remataron ya en el siglo XIX.
Gótico inglés
El gótico inglés se basa en los modelos franceses pero
acabará creando caminos propios.
En un primer momento se introducen los elementos de la
arquitectura francesa: catedral de Lincoln y la de
Salisbury.
En una segunda etapa, a partir del XIV, hay un
distanciamiento con Francia y aparecen bóvedas de nervios
colgantes y se multiplica la decoración: catedral de
Gloucester.
A finales del XIV y XV es la etapa de mayor aportación
de Inglaterra al gótico europeo. La luz y la altura alcanzan su
máximo apogeo; pero el rasgo fundamental es la multiplicación de
las bóvedas y de las trompas en forma de abanico colgante y
desplegado, como ocurre en la Capilla del Colegio Real de
Cambridge o la Capilla de Enrique VII en
la Abadía de Westminster.
Gótico en España
Características
La situación de los reinos cristianos españoles está
condicionada por el final de la reconquista (en el siglo XIII sólo
queda el reino musulmán de Granada), la expansión exterior y al
final de la Edad media la unión dinástica de los Reyes Católicos.
Es una época de auge económico y cultura que se refleja en la
construcción de las grandes catedrales.
Las relaciones con el exterior dan lugar a una
influencia del gótico francés durante el siglo XIII, a la que se
añade la influencia musulmana. La crisis del siglo XIV y el
estancamiento de la reconquista frenan el impulso creador castellano.
En la Corona de Aragón las influencias francesas son
menores y generan un gótico nuevo que se puede denominar
mediterráneo, de gran originalidad arquitectónica.
En general, la Arquitectura Gótica Española, se
caracteriza por un menor interés hacia la altura que el que
manifiestan los modelos franceses. En España, las construcciones
serán especialmente anchas, sobre todo en Cataluña, Valencia y
Baleares, donde predomina la horizontalidad.
Gótico del siglo XIII: Corona de Castilla
En Castilla, en un primer momento destacan dos
catedrales de un gótico perfectamente definido: Cuenca y
Ávila.
En el siglo XIII se construyen las tres grandes
catedrales castellanas: León, Burgos y Toledo.
La Catedral de León, es la más francesa
de las catedrales españolas. Comenzada a principios del primer
tercio del siglo XIII, es coetánea de las grandes catedrales
francesas. Su planta es parecida a la de Reims aunque algo más
corta, y los sistemas de bóvedas la relacionan con Amiens.
Con todo, lo más destacado de esta catedral, son sus
vidrieras. En ellas, el color, es más rico que en las
francesas y sobre el predominio de azules y rojos tan francés, aquí
se aporta la gama de verdes, ocres y amarillos.
Otra catedral relacionada con las francesas es la
Catedral de Burgos. Fernando II coloca la primera
piedra en 1221. La planta es de tres naves, girola, capillas radiales
y crucero de una sola nave marcado en el exterior. El cimborrio se
cubre con una hermosa bóveda estrellada y calada.
La más genuinamente española de las catedrales góticas
del siglo XIII, es la Catedral de Toledo. En ella, la
ampliación de las tres naves a cinco, el doble deambulatorio,
así como las rejas, hacen de ella una gran exponente de la
interpretación castellana del gótico. Al ser más ancha disminuye
la altura de la nave central.
Gótico del siglo XIV: Corona de Aragón
En Cataluña por cuestiones sociales, políticas y
económicas, el gótico que se genera es diferente al castellano. Los
principales factores diferenciales son un interesante pragmatismo,
que le hace prescindir del exceso de ornamentación, lo que llevará
a logros técnicos superiores. Además, predomina lo horizontal sobre
lo vertical. El interior gana en amplitud y visibilidad. La
diferencia de altura entre las naves es mínima, con lo que son
necesarios los arbotantes, aunque ello exige un reforzamiento
en los contrafuertes, en medio de los cuales se colocan
capillas laterales. Así, los contrafuertes no asoman al
exterior y los muros resultan lisos. Las ventanas, aunque esbeltas,
suelen ser pequeñas, por lo que los interiores son oscuros.
Una de las más antiguas es la Catedral de
Barcelona, otra sería la Catedral de Gerona,
que aunque prevista para tres naves, se cubrió con una sola nave
anchísima creándose un gran salón sin columnas ni pilares. No
obstante, la más bella iglesia catalana es la Colegiata
de Santa María del Mar en Barcelona, joya única del
gótico. El interior es un gran salón con tres naves de casi la
misma altura, girola y multitud de capillas entre los contrafuertes.
La decoración no existe. Los pilares octogonales despliegan los
nervios hacia las bóvedas imitando las ramas de la palmera. La
Catedral del Palma de Mallorca es un gran edificio en
el que destacan las líneas horizontales sobre la verticalidad de los
numerosos contrafuertes exteriores, exigidos por la enorme altura de
la nave central. El interior es un gran espacio con pilares
octogonales que apenas interrumpen la visibilidad. La cabecera es
plana.
Gótico del siglo XV y XVI: gótico flamígero
Ya en el siglo XV, se desarrolló en España lo que se
conoce como el estilo Reyes Católicos o gótico flamígero.
Es un período de gran esplendor arquitectónico. Sin embargo, los
avances no serán técnicos sino más bien decorativos. Es una etapa
de barroquismo, con una exagerada decoración a veces mudéjar. Se
utiliza una gran variedad de arcos: además del apuntado, el
arco conopial, el carpanel y el mixtilíneo. Las
bóvedas también se complican formado figuras estrelladas.
Abundan ya edificios de carácter civil, palacios de la
nobleza urbana, edificios públicos, etc.
En la Corona de Aragón destacan edificios de carácter
comercial como las Lonjas de Barcelona, Valencia
y Palma de Mallorca.
En Castilla trabajan arquitectos como Juan y Simón
de Colonia que trabajan en Burgos; Juan Guas y Enrique Egas
que lo hacen en Toledo.
Entre las obras, destaca la iglesia de San Juan de
los Reyes en Toledo, de una sola nave con bóvedas
estrelladas y abundante decoración de escudos y epigrafías y
figuras en el ábside. El Colegio de san
Gregorio de Valladolid, con una fachada de decoración
exuberante. La Casa de las Conchas de Salamanca.
Las últimas catedrales góticas españolas se
construyen en el siglo XVI: son las de Sevilla,
Salamanca y Segovia, todas de
grandes dimensiones y sin subrayar excesivamente las diferencias de
alturas entres sus naves.
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