Salimos de la escuela sabiendo que Artigas es un prócer, lo reconocemos en dudosos
cuadros que lo representan joven y esbelto, mostrando un talento del que, suponemos se
desprendería la autoridad que habría forjado nuestra nacionalidad.
Recordamos algunas frases que se nos habían grabado y que no podemos desprender
de su estampa, nos lo imaginamos en un lugar solemne, con actitudes siempre solemnes y diciendo únicamente palabras solemnes.
Suceso este que ha llegado al punto de que José Artigas, pierda su calidad de hombre, para pasar a convertirse en un ser sin defecto, brillante, insigne, bueno, rodeado de existencias que rozan lo divino y que nada tiene que ver con nosotros, seres demasiados imperfectos. Pero la historia pide la palabra y nos demuestra que era un hombre y nada perfecto por cierto sus gauchos eran pobres, rotosos, revoltosos y contrabandistas.
Para culminar, creemos necesario acotar que en estas palabras nos propusimos retratar a Artigas, el hombre, un ser con defectos y virtudes, que simplemente bogó en pos de sus ideales.
Muchas Gracias.
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